El USDA pronostica que las importaciones de carne de cerdo de China disminuirán alrededor de un 20 % para este año.
El sector cárnico español, área clave en la balanza comercial del país, se enfrenta a un punto de inflexión único en su historia: el fin de la peste porcina en China. La enfermedad diezmó las granjas asiáticas, obligando a que el mayor consumidor del mundo tenga que salir al exterior a comprar carne. España ha sido el gran beneficiado de este proceso, el país ibérico se convirtió así en el principal proveedor de cerdo para el país asiático Ahora, la enfermedad está remitiendo y China acelera su producción interna. Y esto se traduce en tiempos de cambio para las empresas y granjas exportadoras.
Según los últimos datos de la Cámara de Comercio, España aumentará levemente (alrededor de un 1,2%) los ingresos derivados de la exportación de carne de cerdo. Sin embargo, los envíos a China se han reducido de forma drástica. En 2021 se facturó en ventas 2.702 millones de euros, un 13,4% menos que el año anterior, cuando se alcanzó el máximo histórico y se superaron los 3.000 millones. En aquel momento, las ventas China supusieron más de la mitad de las exportaciones totales que España realizó a todo el mundo en términos de ingresos.
Además, el arranque de 2022 se presenta en la misma línea. Según datos publicados por la Administración de Aduanas de China, los dos primeros meses del año el país importó 1.07 millones de toneladas de carne, un 33% menos de lo que se realizó el año pasado.
El gigante asiático ha empezado a revisar a la baja sus previsiones sobre la demanda de compras al exterior. Para 2021 han bajado la misma un 2,2%.
Desde China ya han hecho público que su idea es centrar todos sus esfuerzos en incrementar sus rebaños y están tomando medidas que afectan directamente a las empresas españolas, como poner aranceles a los productos extranjeros para favorecer la producción nacional. Además, el fuerte aumento de la oferta está provocando que en el país los precios bajen con fuerza.
El sector cárnico, de momento, ha sabido paliar el golpe mediante la expansión en otros mercados. Desde la Organización Interprofesional Agroalimentaria del Porcino de Capa Blanca (Interporc), explican que el nuevo panorama supondrá un desafío porque «China ha decidido subir ligeramente sus aranceles y hay una recuperación y estabilización de su granja». Sin embargo defienden que ya venían trabajando en este escenario, que más pronto o tarde, llegaría.
Aunque la estrategia no pasa solo por ‘salvar’ la mayor parte posible de su producción en Pekín. De Miguel afirma que la solución pasa por expandir su negocio por todo Asia, región clave por «su gran población, consumo de carne masivo y gran expansión de sus clases medias».
En este sentido, Filipinas, Japón y Corea del Sur serán 3 de los principales países con los que el mercado español podrá mantener sus cifras.
Latinoamérica también es una región al alza, en particular México. España exporta el 64 % de todas las compras porcinas aztecas. También los países vecinos como Francia y Portugal están aumentando los pedidos, en especial por la bajada de producción de Alemania, que debido a varios brotes ha visto comprometida su producción, situación que ha derivado en que España la adelante como productora y se consagre como la tercera de todo el mundo.
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