Hoy en día, nos resulta inevitable hablar sobre la campaña de sensibilización que hay alrededor de estas dos características alimentarias. Y es que nosotros tenemos una opinión bien clara al respecto: cumplir y apostar por la Calidad y la Inocuidad de los alimentos representa tener clientes satisfechos.
En El Navazo, cumplimos con la importancia de preservar las condiciones necesarias en la carne del cerdo aplicando las técnicas oportunas para la preparación de nuestros productos. Contamos con una equipo de profesionales, altamente cualificado, que está empeñado en trabajar con este cometido y con ese fin. Contemplamos factores que son necesariamente imprescindibles para conseguir una etiqueta de calidad e inocuidad de nuestros productos: control del tiempo que se mantiene sin alteraciones, un tratamiento térmico adecuado, unas condiciones excelentes de almacenamiento…etc.
Alcanzar la calidad de excelencia forma parte de la cadena de nuestro trabajo. Comprometidos con nuestros clientes, tenemos un sistema de gestión de seguridad alimentaria que nos asegura la inocuidad de los alimentos que transformamos hasta que llegan a las neveras de nuestros clientes, consiguiendo un aptitud suprema de los alimentos para satisfacer las necesidades del organismo en términos de energía y nutrientes.
La etiqueta de la calidad suprema y la seguridad de la inocuidad se consigue trabajando de manera exhaustiva, desde la transformación de la carne de cerdo, pasando por el procesamiento, empaquetamiento e incluso, en el transporte de la misma. Todo ello, bajo la protección del certificado ISO 22000 que nos proporciona una conformidad del producto respecto a las especificaciones o normas cuyo objetivo reside en evitar el fraude y garantizar la salubridad de los productos.
En El Navazo tenemos un compromiso con la innovación y la calidad desde el año 2008, lo que nos ha convertido en una empresa referente en España especializada en la transformación y exportación de la carne de cerdo. Para ello, estamos dotados de los medios requeridos para afrontar las exigencias de calidad a la hora de la internalización de nuestro producto. Estas características, junto a la calidad profesional de nuestros trabajadores, nos han permitido conseguir la homologación necesaria para la exportación de carne porcina.
Todos y cada uno de nosotros tenemos un control integral de la inocuidad de los alimentos en la cadena productiva: desde que el cerdo llega a nuestras instalaciones hasta que su carne llega a nuestro cliente.
Así es: no bajamos la guardia en ningún momento.