La reducción de emisiones: El reto de la ganadería porcina para los próximos años y las mejores técnicas para conseguirlo.

El sector porcino constituye la producción ganadera más importante a nivel económico en España. Y es uno de los principales productores en Europa y el mundo.

Por ello, y con el objetivo de reducir el impacto que tiene la actividad de este sector sobre el medio ambiente, se han establecido una serie de normas básicas de ordenación de las explotaciones porcinas intensivas, al que conocemos como Real Decreto 324/2000, del 3 de marzo.

Estas normas recogen algunas acciones o actividades en aspectos como condiciones estructurales, ubicación, funcionamiento, identificación y registro e incorporación de requisitos ambientales específicos.

Con el paso del tiempo y consecuencia en parte de la actividad empresarial, el medio ambiente ha sufrido un notable deterioro. Por eso, se han hecho necesarias revisiones periódicas de todas estas normas, de tal forma que se adecúen y adapten a la situación actual en materia medio ambiental, tecnológica y social.

Según esto, existen determinadas técnicas que ayudan a reducir el impacto del sector porcino en el medio ambiente. Pero ¿Cuáles son?

El impacto de la actividad porcina en el medio ambiente se origina por la emisión de determinados gases a la atmósfera, como por ejemplo el amoníaco. Con el objetivo de disminuir el porcentaje de emisión de estos gases se estableció la directiva de techos en 2001. En ella, se reflejan una serie gases que deben ser reducidos antes de 2030. Sin embargo, en los últimos años dichos gases han aumentado, por lo que el objetivo no se está cumpliendo.

Para evitar que esto siga ocurriendo, en el sector se emplean técnicas específicas tal y como hemos comentado. Entre estas técnicas se encuentran la evacuación frecuente de los purines de los alojamientos, la cubrición de los estiércoles o su enterrado inmediato.

La implantación y utilización generalizada de estas técnicas ayudaría a cumplir con los objetivos enunciados en la Directiva de Techos. Por ello vamos a desarrollar cada una de ellas un poco más.

Evacuación frecuente:

La evacuación frecuente de los purines de las fosas de los alojamientos por lo menos un par de veces semanales, reduce las emisiones de gases como el metano y el amoniaco.

Se dan situaciones en las que no se puede realizar la evacuación con tanta frecuencia, aunque por norma, es obligatorio realizarla una vez por mes.

Otra de las soluciones si no hay posibilidad de evacuar semanalmente es acidificar el purín o instalar depuradores en las salidas de aire, por ejemplo.

Almacenamiento del purín:

Otra de las fuentes de emisión de gases contaminantes es el almacenamiento del purín. Por esta razón se debe cubrir la superficie permitiendo la costra natural cuando se cubra la superficie en su totalidad o añadiendo figuras flotantes.

Uso de purines como fertilizantes

Es una causa más de emisiones perjudiciales para el medioambiente. Así, una de las soluciones radica en la aplicación localizada mediante tubos colgantes o su inyección en el terreno mediante inyectores.

Como empresa referente en el sector, desde El Navazo llevamos a cabo todas las medidas y técnicas establecidas en el Real Decreto con el objetivo de contribuir a la mejora y reducción de emisiones de gases contaminantes que repercutan en el medio ambiente.