Reino Unido veta la entrada de carnes y lácteos de la Unión Europea

Los viajeros que lleven jamón, bocadillos u otros productos en sus maletas se enfrentan a sanciones económicas.

Desde el 12 de abril, Reino Unido ha prohibido la importación personal de carnes y productos lácteos procedentes de los países de la Unión Europea. La medida, impulsada por el Gobierno británico, busca reforzar la protección contra la fiebre aftosa y evitar cualquier riesgo para su ganadería.

La prohibición se extiende también a los estados miembros de la Asociación Europea de Libre Comercio, a las Islas Feroe y a Groenlandia, aunque no afecta a las importaciones comerciales. Según las autoridades, el objetivo es evitar que se repita un brote de esta enfermedad animal, altamente contagiosa, que ya ha causado problemas en otros territorios europeos.

Qué productos no se pueden llevar en la maleta

Las restricciones afectan a carnes de cerdo, cordero y vacuno, así como a cualquier tipo de producto lácteo. El embalaje o la compra en ‘duty free’ no suponen excepción: los viajeros no podrán cruzar la frontera con estos alimentos, ni siquiera si se trata de bocadillos comprados en el aeropuerto, los cuales deberán consumirse antes de llegar a destino.

El ministro de Agricultura británico, Daniel Zeichner, ha defendido esta decisión afirmando que «este gobierno hará todo lo posible para proteger a los agricultores británicos de la fiebre aftosa. Por eso, estamos reforzando aún más la protección mediante la introducción de restricciones a las importaciones personales de carne y productos lácteos para prevenir la propagación de la enfermedad y proteger la seguridad alimentaria de Gran Bretaña”.

En caso de incumplir la normativa, las sanciones pueden alcanzar los 5.700 euros. Los agentes de frontera están autorizados para retirar cualquier producto no permitido a los viajeros que lo transporten.

Precedentes en otros países europeos

La extensión de esta norma a toda la Unión Europea no supone una novedad absoluta. A principios de este año, el Reino Unido ya había adoptado medidas similares frente a Alemania, Hungría, Eslovaquia y Austria, después de la confirmación de brotes de fiebre aftosa en estos países.