Cada vez son más las empresas que deciden ampliar su mercado a países terceros. Para ello, las industrias alimentarias que trabajan con productos de origen animal o que contengan productos de origen animal, deben cumplir una serie de requisitos adicionales aplicables para los intercambios dentro de la Unión Europea. Además, deberán implantar un Sistema de Autocontroles Específicos (S.A.E.) que garantice el cumplimiento de estos requisitos adicionales. A continuación, te explicamos en qué consiste la certificación del S.A.E.